martes, 31 de julio de 2012

El Papa dialogo con cinco familias y anima a divorciados a seguir dentro de Iglesia


ROMA, 06 Jun. 12 / 10:06 pm (ACI/EWTN Noticias).- Durante el Encuentro Mundial de las Familias en Milán, el Papa Benedicto XVIconversó personalmente con algunos matrimonios, novios, e hijos, que buscan vivir su unión arraigados en la fe y animó a los divorciados a seguir dentro de la familia de la Iglesia.
Durante la llamada "Fiesta de los Testimonios" celebrada el 2 de junio en el Parque de Bresso, Milán, Benedicto XVI habló con una niña nacida de un matrimonio vietnamita; dos novios de Madagascar; y tres matrimonios provenientes de Brasil, Nueva York, y Grecia.
Cat Tien, la niña que quería saber más de la juventud del Papa
En su diálogo con Cat Tien, una joven vietnamita interesada en saber más del Papa en su papel de hijo, Benedicto XVI recordó que su crecimiento en la fe proviene de una familia sólida y unida.
Señaló, que el día esencial para su familia era el domingo, iba a Misa con ellos, y después, en casa, almorzaban y cantaban unidos, "fueron momentos inolvidables", recordó.
Benedicto XVI indicó que además, solían hacer viajes y caminatas en medio de la naturaleza, "en una palabra, éramos un solo corazón y un solo alma, con muchas experiencias en común, también en los tiempos difíciles, porque era la época después de la guerra, de la primera dictadura, y después de la pobreza". "Pero este amor recíproco que había entre nosotros, esta alegría también por las cosas sencillas era fuerte, y así se podían superar y soportar también estas cosas", expresó.
"Si trato de imaginar un poco como será el Paraíso, me parece siempre el tiempo de mi juventud, de mi infancia. Así, en este contexto de confianza, de alegría y de amor, estábamos felices y creo que en el Paraíso será similar a como era en mi niñez", concluyó.
Divorciados y "vueltos a casar"
El Santo Padre agradeció a un matrimonio de Brasil por su ayuda a las familias a este matrimonio, y explicó que "la realidad es que el problema de los divorciados vueltos a casar es uno de los grandes sufrimientos de la Iglesia de hoy".
"El sufrimiento es grande y podemos solo ayudar a las parroquias, los solteros ayudar a estas personas a soportar el sufrimiento del divorcio. Yo diría que sería muy importante saber, naturalmente, la prevención, es decir, profundizar desde el inicio el enamoramiento en una decisión profunda, madura, también el acompañamiento durante el matrimonio, para que las familias no estén más solas, sino que realmente estén acompañadas en su camino".
En cuanto al rechazo que algunos divorciados creen tener por la Iglesia, el Santo Padre indicó que "la Iglesia los ama, pero ellos deben ver y sentir este amor".
"Aunque no puedan recibir la absolución ni la Eucaristía, deben ver que también así viven plenamente en la Iglesia".
Para enmendar esta carencia, "el contacto permanente con un sacerdote, con un guía espiritual, es muy importante para que puedan ver que están acompañados".
En este sentido, "también, sin la recepción corporal del Sacramento, podemos estar espiritualmente unidos a Cristo en su Cuerpo. Y hacer entender que esto es importante. Que realmente encuentren en la posibilidad de vivir una vida de fe, con la Palabra de Dios, con la comunión de la Iglesia, y que puedan ver que su sufrimiento es una don para la Iglesia, porque sirven así a todos también para defender la estabilidad del amor, del Matrimonio, y que este sufrimiento no es solo un tormento físico y psíquico, sino también un sufrimiento en comunidad, de la Iglesia por los grandes valores de nuestra fe".
Con los novios El Santo Padre señaló a estos novios asustados por los compromisos del matrimonio, que después del enamoramiento, y elnoviazgo, el matrimonio implica estar realmente comprometidos en el amor y ser consciente a través del sacrificio por amor puro, se alcanza la felicidad.
"Yo pienso en las bodas de Caná –dijo-. El primer vino es hermosísimo: es el enamoramiento. Pero no dura hasta el final: debe venir un segundo vino, es decir debe fermentar y crecer, madurar. Un amor definitivo que se convierta realmente en ‘segundo vino’, es más hermoso, mejor que el primero. Y esto es lo que debemos buscar", y después, con el apoyo de la "comunidad, de los amigos, de la Iglesia, de la fe, de Dios mismo, crece un vino que dura para siempre", aconsejó.
Familia y crisis económica
Al ser consultado por una familia de Grecia, sumergida en apuros económicos y sin esperanzas de futuro para sus hijos, Benedicto XVI indicó que hay que exigir a los partidos políticos una mayor responsabilidad, "que no prometan cosas que no pueden realizar, y que nos busquen solo los votos para sí mismos, sino que sean responsables con el bien de todos y que se entienda que la política es siempre una responsabilidad humana y moral ante Dios y los hombres".
El Santo Padre propuso el compromiso de ayudarse entre diversas familias del mundo, una especia de familias gemelas que se ayuden cuando lo necesitan, y en esta perspectiva, "estad seguros de que yo y muchos otros oramos por vosotros, y esta oración no es solo decir palabras, sino abrir el corazón a Dios y así crear también creatividad en la búsqueda de soluciones. Esperemos que el Señor os ayude", alentó.
Familia y secularización
Benedicto XVI dijo a los Rerrie, una familia que sumergida en las prisas de la sociedad secularizada, y con problemas para vivir el tiempo de la fiesta en familia que hay que reconciliar el trabajo con el ente familiar.
Ante esta situación, Benedicto XVI señaló que el puesto de trabajo "es fundamental, y la prioridad de la familia", pero cuando encuentran rivalidad, debe buscarse la creatividad y buscar en el domingo la fiesta, "de este modo pienso que defendemos la libertad del hombre, defendemos el domingo y las fiestas de Dios, y así días para el hombre".

El diablo odia a la familia porque es imagen de la Trinidad, asegura exorcista de EEUU

VATICANO, 26 Jul. 12 / 04:20 am (ACI/EWTN Noticias).- Un sacerdote estadounidense que actualmente se está entrenando como exorcista en la diócesis de Roma (Italia), aseguró que el diablo y los demonios en general odian a la familia porque ésta es “una imagen de la Santísima Trinidad”.

En entrevista concedida a ACI Prensa, el presbítero, que prefirió mantenerse en el anonimato, señaló que entre los factores comunes que encuentra en las personas poseídas ve gente con “profundas heridas en sus vidas y sobre todo, en su familia”.

El sacerdote indicó que el demonio fácilmente accede a familias donde “los padres han tomado elecciones realmente malas”, y al obrar así “han invitado a influencias malignas al interior de su hogar”.

Las malas acciones que atraen al demonio a los hogares son “la infidelidad marital, el aborto, hacer cosas que rompen la familia”, señaló.

El presbítero admitió que nunca pensó en dedicarse al exorcismo, pero un inesperado suceso en una de sus primeras Misas tras su ordenación, hace 15 años, marcó el inicio de su acercamiento a esta labor sacerdotal.

“En el momento de la consagración de la sangre preciosa, le pedí al Señor que derrame su sangre sobre la juventud y ayude a todos los hombres jóvenes que podrían tener vocación al sacerdocio”, recordó.

La reacción instantánea de un joven de 13 años sorprendió al joven sacerdote. “Él cayó de espaldas y comenzó a gruñir. Yo pensé ‘¡no estaba esperando esto!’”.

Muchos años después, él es parte de una nueva generación de exorcistas en formación en Estados Unidos, luego que de los obispos del país decidieran, en noviembre de 2010, incrementar el número de exorcistas.

A pesar de que la ley canónica estipula que cada diócesis debería contar con un exorcista, se estima que no superarían los 50 sacerdotes dedicados a esta labor en Estados Unidos.

El sacerdote, que es del noreste de Estados Unidos, explicó a ACI Prensa que “nos hemos organizado para asegurarnos de que quienes más necesitan ayuda la obtengan”.

Durante su estancia en Roma, donde fue enviado por su obispo para aprender del trabajo de seis exorcistas oficiales de esa diócesis, el sacerdote está “involucrado” en alrededor de tres exorcismos al día.
“No hay dos casos parecidos. Ese ha sido un real aprendizaje para mí. El rito del exorcismo no es una fórmula mágica”, dijo.

El sacerdote señaló que “no es el demonio o el exorcista quien está al centro de esto, sino una persona que está sufriendo mucho y que necesita de certera liberación a través de Cristo”.

El presbítero explicó que, en cuanto a la correcta terminología, “demonio viene del griego, diablo del latín, cualquiera de esos nombres está bien”. Con lo que se combate, explicó, “son ángeles caídos que fueron creados buenos”.

Los primeros Padres de la Iglesia, entre ellos San Jerónimo y San Agustín, especularon que estos ángeles se rebelaron “a causa de que les fue revelado el plan de Dios de la encarnación” y su “repulsión a la idea de que Dios, que es espíritu puro e infinito, deba hacerse hombre”.

Por esta razón, el sacerdote indicó que los demonios tienen una “fascinación con lo físico” y “hacer sufrir a las personas”.

“Una vez que el rito inicia, normalmente (el demonio) se comienza a manifestar en la persona, que sufre de diferentes maneras, con violencia, cambios en el rostro, cambio de la voz, es diferente”, dijo, recordando recientes exorcismos.

El sacerdote aseguró que el demonio “sólo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y decir ‘oye, yo soy el que da las órdenes aquí, amigo’”.

La inteligencia angélica del demonio, dijo a ACI Prensa, también implica que ellos saben que Dios sólo permite sus actividades diabólicas para llevar la salvación a personas a través de un “sufrimiento expiatorio”.

“Estas personas sufrientes se están volviendo santos al ofrecer sus sacrificios”, que Dios entonces recibe y “bendice a gran parte de la Iglesia en todo el mundo”.

El sacerdote afirmó que “cuando le recuerdas eso al diablo, se pone furioso”, porque sabe que está perdiendo, y por lo tanto “quiere conseguir lo que pueda, mientras pueda. Si no puede ganar las almas de estas personas, quiere al menos hacer sus vidas miserables”.

El presbítero estadounidense indicó que cuando habla con el demonio le hace “una serie de preguntas: ‘¿cuál es tu nombre?’, ya que cuando usas su nombre en una orden, eso lo debilita”. Una vez que el demonio dice su nombre, el exorcista le ordena “salir”, y también le podría preguntar “cómo entró y cuándo va a salir”.

“(Al responder a) eso último es como si ellos hubieran sido entrenados para decir lo mismo, ‘nunca me voy a ir’, pero eventualmente lo harán”.
La clave es limitar el diálogo, dijo el aprendiz de exorcista. “No quieres hacerle preguntas sólo por curiosidad, eso no es saludable”, subrayó.

También es posible “decir cosas para humillar al demonio”, tales como invocar la presencia de santos, ángeles guardianes y, la más “temida” de todas, de la Virgen María. Es entonces que “puedes realmente ver un cambio en el comportamiento del demonio”.

El final viene a menudo cuando el diablo empieza a mostrar arranques de ira y violencia, cuando “es común que bote espuma por la boca”.

En caso de que se haya roto una maldición, la persona “comenzará a vomitar objetos que fueron usados en la maldición. El vómito cambia a verde, luego a rojo, y otra vez verde”.

Entonces, el exorcista sabe que “estoy tocando fondo, que esto está siendo realmente eficaz y esas son buenas señales. No es algo placentero de ver, pero tú sabes que ‘estoy siendo efectivo aquí’”.

martes, 24 de julio de 2012

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